domingo, 17 de febrero de 2013

Técnicas subjetivas

Las técnicas de calificación, también llamadas subjetivas (denominadas así por Pervin, 1975), comprenden aquellos procedimientos de recogida de información que presentan las siguientes características.
- La fuente de datos puede ser el propio sujeto que se califica o clasifica a si mismo o a objetos, personas o conceptos significativos, o también personas allegadas al sujeto en exploración que realizan esa misma tarea pro referida a este.
- El tipo de material suele ser semiestructurado y no enmascarado. Esto quiere decir que el material, siendo evidente lo que con el se pretende, no esta tipificado, el flexible y se adapta a los objetos que se persiguen en cada caso. Esto se hace extensible a la forma de aplicación y de valoración.
- La respuesta del sujeto es voluntaria y, por tanto, puede ser falseada ya que se suele percibir la finalidad de la tarea que se le encomienda.
- El tipo de tarea que es requerida es la de descripción  calificación o clasificación del propio sujeto o de otros objetos o abstracciones.
- La manipulación de los resultados no esta reglada, pudiendo optar el aplicativo por planteamiento cualitativos o cuantitativos en la elaboración de las respuestas.
- Estas técnicas han sido construidas desde planteamientos teóricos fenomenológicos y/o cognitivo aunque, hoy en día, puedan ser consideradas como técnicas polivalentes en el sentido de ser empleadas desde muy conductismo radical al psicoanálisis.

Así pues, estas técnicas podrían ser, en parte, consideradas autoinformes en la medida en que se trata de técnicas de autocalificación o autoclasificación y, en parte, en técnicas de observación en cuanto suponen un producto de las observaciones asistematicas que personas allegadas al sujeto realizan sobre el.

EL DIFERENCIAL SEMÁNTICO


Se trata de un instrumento de evaluación que aparece en el contexto de la teoría mediacional de Osgood. Según esta teoría “las palabras representan cosas porque producen en los organismos humanos algún tipo de réplica de su conducta con respecto a esas cosas, como proceso mediacional”. El interés principal de Osgood fue estudiar la estructura del significado, para lo cual realizó una serie de experimentos en los que se fundamenta el Diferencial Semántico (DS). Éstos consistieron en proporcionar a muestras grandes de sujetos listas con 50 o más adjetivos tomados al azar de un gran diccionario. Con ellos tenían que puntuar una serie de conceptos en una escala de 7 puntos, y así se obtuvieron cantidades ingentes de datos que pudieron ser analizadas mediante análisis factorial.
Se pretendía estudiar las dimensiones generales del significado. Los resultados mostraron una gran convergencia hacia un factor principal que denominaron de evaluación que explicaba alrededor del 35% de la varianza, seguidos de un segundo factor, potencia, y un tercero, actividad. Se concluyó asumiendo que éstas eran las tres dimensiones básicas del significado que configuran el espacio semántico en el que los individuos sitúan un concepto en particular.
La aplicación del DS a un proceso de evaluación específico suele consistir en seleccionar una serie de escalas de adjetivos que estudios previos han mostrado que son relevantes para el objeto de estudio, y pedirle al sujeto que las aplique a los conceptos que representan el tema de estudio. Este procedimiento permite la comparación entre los significados de dos conceptos distintos para un mismo sujeto, o la de un mismo concepto para un grupo.
El DS se parece a la TR, pero tienen importantes diferencias que ponen de manifiesto un enfoque mucho más ideográfico en la TR:
  • En el DS los adjetivos los proporciona el investigador, mientras que en la TR se obtienen del propio sujeto.
  • Los elementos a puntuar en la TR son más homogéneos y significativos para el sujeto.
  • El DS calcula las puntuaciones de cada sujeto en función de los tres grandes factores ya establecidos, mientras que la TR la interpretación siempre se establece en función de los datos aportados por el propio sujeto.
  • El espacio semántico en el que trabaja el DS está conformado por los tres factores mencionados y representado por los adjetivos asociados a cada uno, mientras que en la TR tanto los elementos como los constructos configuran el mundo de significados del sujeto.
El DS ha sido bastante utilizado en la psicología social y de la personalidad. En los últimos 15 años el DS ha caído en declive, lo que se atribuye tanto a la falta de un desarrollo teórico que lo acompañe como a su escasa utilidad más allá de la investigación básica, en campos aplicados.


MÉTODOS HERMENÉUTICOS Y NARRATIVOS

Como textos narrativos pueden considerarse los diarios, los epistolarios, las memorias e historias de vida, así como las narraciones espontáneas surgidas en el contexto de la entrevista. Su valor psicológico se basa en la hipótesis de la naturaleza narrativa del proceso de construcción de la identidad y la experiencia.
Los campos específicos en los que se han utilizado las narrativas con fines evaluativos comprenden la sociología, la pedagogía, la antropología e incluso la medicina con fines diagnósticos. A través de las narrativas se han evaluado características de género, raza, clase social... o aspectos relativos al desarrollo evolutivo de la infancia, la juventud o la vejez. Son importantes en tareas de evaluación y reconstrucción terapéutica en lo que se ha llamado terapia narrativa.




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